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Referencia:
Anillo de plata de ley, esmeralda, rubí y zafiro.
Anillo de plata 925 con esmeralda, rubíes y zafiros.
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Originalmente la piedra esmeralda se le asocia con la estabilidad financiera, también se cree que el cristal sintoniza la abundancia y brinda el equilibrio físico, mental y emocional para sus poseedores.
También se cree que la piedra Esmeralda vibra atrayendo riqueza, aumenta nuestro poder de magnetismo, abre caminos y nos conecta con el fluir de la alegría y el amor Divino.
Finalmente conocida como la piedra del amor exitosa, Esmeralda fortalece las relaciones, elimina la envidia y aumenta nuestro poder de atracción y brillantez personal.
El rubí es una piedra excelente para activar las energías. Imparte vigor a la vida, energiza y equilibra, pero a veces puede estimular en exceso a personas delicadas o irritables. Potencia la pasión por la vida, pero nunca de manera autodestructiva. Mejora la motivación y el establecimiento de objetivos realistas. Estimula el chakra corazón y equilibra este órgano. Anima a hacer lo que nos hace felices. Esta piedra es un poderoso escudo contra el ataque psíquico y el vampirismo sobre la energía del corazón. Fomenta los sueños positivos y la visualización calara. Estimula la glándula pineal. El rubí es una piedra de abundancia, por lo que ayuda a retener la riqueza y la pasión.
En el plano psíquico, saca a la superficie el enfado y la energía negativa para transmutarlos. Favorece la retirada de cualquier cosa negativa de nuestro camino y promueve el liderazgo dinámico. Aporta un estado mental positivo y valiente. Bajo su influencia, la mente se afila en un estado de conciencia elevada y con un excelente nivel de concentración. Los efectos protectores de esta piedra permiten que nos fortalezca durante las disputas y controversias.
En el ámbito emocional, el rubí es dinámico. Carga la pasión y alimenta el entusiasmo, ayuda a ser sociable y estimula la actividad sexual. A nivel físico, permite superar el letargo y el agotamiento, da potencia y vigor pero también calma la hiperactividad.
En curación, el rubí desintoxica el cuerpo, la sangre y la linfa. Trata la fiebre, las enfermedades infecciosas y las restricciones del flujo sanguíneo. Es muy benéfico para el corazón y el sistema circulatorio. Estimula las glándulas adrenales, los riñones, los órganos reproductivos y el bazo.
El zafiro es conocido como la piedra de la sabiduría. Enfoca y calma la mente, libera de los pensamientos no deseados y de la tensión mental. Aporta paz mental y serenidad, alineando los planos físico, mental y espiritual. Restaura el equilibrio dentro del cuerpo. Libera de la depresión y la confusión espiritual. Estimula la concentración, aporta prosperidad y atrae regalos de todo tipo. Puesto sobre la garganta, libera la frustración y facilita la autoexpresión.
En curación, calma los sistemas corporales sobreactivados y regula las glándulas. Cura los ojos, eliminando las impurezas y tensiones. Trata también trastornos sanguíneos y alivia las hemorragias excesivas, pues fortalece, y a la vez aumenta, la elasticidad de las venas.
Además de sus cualidades genéricas, el zafiro posee una serie de atributos únicos, según sea su color:
Es un buscados de la verdad espiritual, asociado tradicionalmente con el amor y la pureza. Es en extremo eficaz para curar la tierra y los chakras. Esta tranquila piedra ayuda a mantenerse en el camino espiritual y es usada en ceremonias chamánicas para transmutar energías negativas. Abre y cura el chakra de la garganta y la glándula tiroides, facilita la expresión propia y la capacidad para decir la propia verdad.
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