Referencia:
Pendientes de plata de ley con larimar, rubí y turmalina.
Pendientes de plata 925 dos cabujones de larimar y cuentas facetadas de rubí y turmalina. Cierre de gancho de seguridad.
El larimar es una de las piedras espirituales que se abren a nuevas dimensiones, estimulando la evolución terrenal. Irradia amor y paz. Fomenta la tranquilidad e induce, sin esfuerzo, un profundo estado de meditativo. Eleva la conciencia de manera natural y armoniza cuerpo y alma. Otorga fortaleza al espíritu, disolviendo los limites espurios que constriñen al yo espiritual y guiando al alma hacia su verdadero camino en la vida. Posee la propiedad de facilitar el contacto angélico y la comunicación con otros reinos. Es una piedra excelente para aquellos que buscan al compañero de su alma. Facilita la curación de las relaciones de vidas pasadas o de los traumas del corazón.
En el plano psíquico, el larimar retira bloqueos y constricciones que uno mismo se impone. Disuelve las conductas de autosabotaje, en especial la tendencia al martirio. Es particularmente útil para aliviar la culpa y disipar el miedo. Si se atraviesan periodos de estrés y cambios inevitables, permite afrontar los desafíos con ecuanimidad. Aporta serenidad, claridad y pensamiento constrictivo a la mente. Estimula la creatividad y anima a seguir el flujo mental.
En el plano emocional, genera calma y equilibrio. Sirve como antídoto de los extremos emocionales y mejora los trastornos bipolares. Sana los traumas del corazón y nos conecta de nuevo con el espíritu juguetón y la alegre energía de la infancia.
Como piedra sanadora de la tierra, permite conectar con la energía de la tierra, por lo que ayuda a las mujeres a sintonizar con su feminidad innata y a restaurar su conexión con la naturaleza. Puesta sobre el suelo, contrarresta los desequilibrios telúricos y las tensiones geopáticas.
En curación, puesto sobre el corazón, el tercer ojo o el plexo solar, o si se acaricia el cuerpo con él con suavidad, retira las entidades adosadas. Estimula los chakras del tercer ojo, el corazón, la coronilla y la garganta. Fomenta la autocuración. Es particularmente útil en dolencias de los cartílagos y de la garganta, pues disuelve bloqueos energéticos del pecho, la cabeza y el cuello. También puede ponerse sobre las articulaciones constreñidas o las arterias bloqueadas. Si se coloca sobre un punto dolorido, extrae el dolor calladamente. Se usa como herramienta en reflexología para ubicar el lugar de la enfermedad y también limpiar los meridianos corporales.
El rubí es una piedra excelente para activar las energías. Imparte vigor a la vida, energiza y equilibra, pero a veces puede estimular en exceso a personas delicadas o irritables. Potencia la pasión por la vida, pero nunca de manera autodestructiva. Mejora la motivación y el establecimiento de objetivos realistas. Estimula el chakra corazón y equilibra este órgano. Anima a hacer lo que nos hace felices. Esta piedra es un poderoso escudo contra el ataque psíquico y el vampirismo sobre la energía del corazón. Fomenta los sueños positivos y la visualización calara. Estimula la glándula pineal. El rubí es una piedra de abundancia, por lo que ayuda a retener la riqueza y la pasión.
En el plano psíquico, saca a la superficie el enfado y la energía negativa para transmutarlos. Favorece la retirada de cualquier cosa negativa de nuestro camino y promueve el liderazgo dinámico. Aporta un estado mental positivo y valiente. Bajo su influencia, la mente se afila en un estado de conciencia elevada y con un excelente nivel de concentración. Los efectos protectores de esta piedra permiten que nos fortalezca durante las disputas y controversias.
En el ámbito emocional, el rubí es dinámico. Carga la pasión y alimenta el entusiasmo, ayuda a ser sociable y estimula la actividad sexual. A nivel físico, permite superar el letargo y el agotamiento, da potencia y vigor pero también calma la hiperactividad.
En curación, el rubí desintoxica el cuerpo, la sangre y la linfa. Trata la fiebre, las enfermedades infecciosas y las restricciones del flujo sanguíneo. Es muy benéfico para el corazón y el sistema circulatorio. Estimula las glándulas adrenales, los riñones, los órganos reproductivos y el bazo.
La turmalina limpia, purifica y transforma la energía densa en una vibración mas ligera. Enraíza la energía espiritual, limpia y equilibra todos los chakras y forma un escudo protector alrededor del cuerpo. Es una piedra chamánica que aporta protección durante los rituales. Puede usarse para la lectura psíquica. Tradicionalmente ha sido usada para señalar al culpable o responsable de las desdichas en tiempos turbulentos y, aun hoy, indica la buena dirección a tomar.
Las varas de turmalina natural son útiles herramientas de sanación. Limpian el aura, retiran bloqueos, dispersan la energía negativa y apuntan soluciones para problemas específicos. Son excelentes para equilibrar y conectar los chakras. A nivel físico, reequilibran los meridianos. Es muy beneficiosa para el jardín y las plantas. Puede actuar como insecticida natural, manteniendo a raya las plagas. Enterrada en el suelo, anima el crecimiento y la salud de todos los cultivos.
En el plano psíquico, la turmalina ayuda a comprenderse a uno mismo y a los demás. Lleva hacia los mas profundo de si, fomentando la autoconfianza y reduciendo el miedo. Disipa los sentimientos victimistas y atrae inspiración, compasión, tolerancia y prosperidad. Es una poderosa sanadora mental que equilibra los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, transmutando los patrones de pensamiento negativos en positivos. Alinea los procesos mentales, los chakras y la envoltura biomagnética. Ayuda a tratar la paranoia y a superar la dislexia. Mejora la coordinación mano-ojo y la asimilación y traducción de la información codificada.
Las turmalinas de color rojo, amarillo y marrón son benéficas para la sexualidad y la disfunción emocional que puede estar detrás de la perdida de libido. En el plano físico, la turmalina libera tensión, lo que hace útil en los alineamientos espinales. Asimismo, equilibra la energía masculina-femenina en el interior del cuerpo.
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